Ayer cuando
corté el celular, antes de dormirme pensaba porque estaba tan mal. Pedirte que
me llamaras fue una calma para mí. Pedí, supliqué tus consejos. Y vos, de la
manera que menos me gusta que me digan las cosas, me dijiste muchas cosas de
las cuales el 95% son ciertas. Soy una tarada por preocuparme por cosas que no
son mías, por hacerme problema y al fin y al cabo a mi no me perjudica en nada.
Tenías razón en retarme, lose. Tenías razón en decirme una y otra vez en lo que
me había equivocado. Luego, pensando y pensando, me terminaste convenciendo… No preocuparme
más por nadie, no dar importancia a cosas que no valen la pena, no meterme ni
opinar más en nada, y mucho menos rebajarse por algo que a mí no me tendría que
interesar. Ese era mi error sí, y soy humana y cometo errores.
Por eso te agradezco, por bancarme y que haya terminado no muy bien nuestra
charla. Y si… realmente como mencioné ante, me sentía mal. Gracias a Dios, por demostrarme como son las
personas, y que nada es como parece, o tal vez sí, pero yo jamás lo vi. Amor,
gracias por siempre acompañarme y no dejarme sola. Déjenme decirles, que tener
un novio que te diga las cosas tal cuales son vale mucho más que una verdadera
y completa mentira.
Que bueno tener a alguien que te abra los ojos! a veces solas no nos damos cuenta de muchas cosas! besitos :)
ResponderEliminar